La huella de carbono es la cantidad de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono, liberados a la atmósfera por una actividad humana en particular. Una huella de carbono puede ser una medida amplia o aplicarse a las acciones de un individuo, una familia, un evento, una organización o incluso una nación entera. Por lo general, se mide como toneladas de CO2 emitidas por año, una cantidad que puede complementarse con toneladas de gases equivalentes de CO2, incluidos el metano, el óxido nitroso y otros gases de efecto invernadero. Aquí hay algunas maneras de reducir tu huella de carbono en este año:
Vigila tu alimentación
El consumo de carne, especialmente roja, tiene un gran impacto medioambiental al consumir demasiados recursos. Las vacas liberan metano a través de su sistema digestivo, el cual tiene un potencial de calentamiento global 21 veces mayor a la de una molecula de dioxido de carbono. El transporte y el empaquetado de los productos cárnicos también produce CO2. Se estima que la ganadería produce entre un cuarto y un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Compra ropa de segunda mano
La mayor parte de la ropa que compramos se denomina como “fast fashion” la cual emplea un gran sistema de logística alrededor del mundo lo cual hace que las prendas sean fabricadas en países en vías de desarrollo, como China, Bangladesh, India, Vietnam, Kenia, entre otros, y después distribuidas por todo el mundo.
Para lograr precios ultra bajos, las empresas subcontratan a maquiladoras las cuales han sido acusadas por décadas de condiciones de trabajo infrahumanas. Podemos adquirir ropa mediante donaciones de familiares o amigos, en bazares, tiendas en línea dedicadas a redistribuir mercancía, etc. Algunas organizaciones destinan los recursos recaudados a actividades de caridad o a otras causas nobles.
Usa la bicicleta
Si vives cerca del trabajo o la escuela, considera utilizar una bicicleta ya que el único CO2 que liberarás será el de tu respiración, además de ser una buena forma de hacer ejercicio. Si necesitas manejar, considera compartir tus viajes con compañeros de trabajo o amigos. Usar el transporte público siempre será una buena alternativa al auto.
Ajustar la temperatura interior
En verano es recomendable encender el aire acondicionado en horas de menor consumo y mantenerlo operando a una temperatura templada entre 21 y 24 grados, para así evitar que el compresor realice un gasto innecesario de energía. En invierno también son sugeridas estas temperaturas para la calefacción. Es importante tomar en cuenta el aislamiento térmico para evitar pérdidas de energía.
Reciclar
Separar los residuos antes y dejarlos en una bolsa separada para la llegada del camión de recolección es sumamente útil ya que ahorramos tiempo para las personas que se dedican a recolectar reciclables, o bien, a las personas que se encargan de la separación en las plantas de procesamiento de residuos.
Es necesario enjuagar los contenedores de vidrio, plástico y metal, para evitar que sean desechados por estar muy sucios o en malas condiciones. Es recomendable mantener separados los residuos por categoría y no mezclarlos. Existen campañas especiales de recolección para residuos electrónicos y baterías usualmente en escuelas o instituciones de gobierno.
Secar al sol
El sol siempre será el mejor aliado para secar la ropa. Para evitar planchar tan solo cuélgala después de sacarla de la lavadora y la luz solar y la gravedad se encargaran de reducir las arrugas en tus prendas. Al año podrás haber reducido aproximadamente media tonelada de CO2.
Desconecta aparatos en desuso
Los dispositivos que cuenten con alguna pantalla digital, baterías recargables, interruptores, control remoto o si notas que el equipo se calienta aun estando apagado quiere decir que siguen consumiendo energía, y pueden llegar a representar más del 10% del costo del recibo eléctrico.